Hoy te hablo amor, te hablo porque quiero que rememores las cosas que recuerdo de ti y de mi. ¿Recuerdas ese libro que dijiste que buscabas? ¿Recuerdas cuando éramos nada? ¿Recuerdas aquellas risotadas, que soltaba estridentes cada vez que agujereaba tu barriga fatigada? ¿Recuerdas aquellas hojas, que se desplomaban mientras caminábamos tomados de las manos por aquella vereda desconocida que se esfumaba? ¿Acaso recuerdas esas miradas que ocultaba, cuando tenía esa angustia inexplicable que me mantenía acallada? ¿Recuerdas ese patio inmenso, tu y yo solos en casa, que nos abrazaba cuando nos perdíamos silenciosos entre las ramas? ¿Recuerdas, amor, esas manos que acariciaban tu cuerpo mientras nadie nos miraba? ¿Recuerdas aquellas veces, cuando me desplazaba sobre tus muslos para alcanzar esa boca que tanto anhelaba? ¿Recuerdas esas promesas que me hacías a los tres meses de estar juntos, esas donde brillaba tu mirada? ¿Recuerdas esas palabras dulces, esas proyecciones, esas esperanzas que tanto me dabas?
Si tú no recuerdas hoy amor, porque te sientes abatido, cansado y abrumado, me encuentro aquí, para susurrarlo lentamente a tu oído, para que comprendas que estoy hoy, aquí contigo. Yo te lo recuerdo amor, e intentaré hacerlo cada día de la vida, cada segundo, cada momento que te arriesgues a sostener a mi lado, cada vez que lo olvides, estaré yo junto a ti como este tiempo que ha pasado. Si no estimas que es osado de mi parte pedirte algo más, pedirte por ejemplo, que cuando yo me rinda, me recuerdes esto y tantas cosas que pasamos.
Amor, quiero que revivas cada segundo conmigo, cada instante en mi, quiero que evoques tus palabras de aliento, y mis vocablos de ánimo, para sentirnos nuevamente esperanzados, como tantas veces antes lo hemos logrado.
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