Mi cuerpo temblaba completamente, pero de pronto una suave voz susurró a mi oído -Resiste Francisca-. Abrí los ojos, y lo descubrí a mi lado una vez más...
¿Por qué estamos aquí esperando? Hubiese sido mejor fugarnos, pasar por alto las viejas historias, dejar pasar errores, faltas tuyas y mías. Dejar, pasar, olvidar. Abandonarnos..., respirar y morir, o aún mejor aniquilarnos de amor.
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